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Arte Plumario

A través del tiempo, remontándonos a la prehistoria, se desarrolla la actividad de elaborar arreglos personales, con plumas de aves preciosas, dependiendo, las especies, y tradiciones de cada región, convirtiéndose, posteriormente en una técnica y arte esencial prehispánicas, que la cultura mexica manejaba de norte a sur, principalmente en el continente americano.

Por: Julio Martínez, Franco Aurelio obregón.

La cultura mexicana que habitaba en Mesoamérica, utilizaron las plumas junto con el jade y metales preciosos, materiales imprescindibles en la representación y significado del pensamiento prehispánico, las plumas, se emplearon para elaborar maravillosos tocados portados por gobernantes, guerreros y sacerdotes, estas plumas eran símbolo de poder y belleza, que permitía distinguir los diversos rangos de la nobleza y representaban respeto y sabiduría. 

El esplendor de esta técnica fue durante el reinado del tlatoani mexica Ahuizotl que gobierna de 1486-1592. La técnica tuvo mayor representación en el copilli o apanecáyotl, del dios estelar Quetzalcóatl, siendo este dios quien les enseña a estas culturas el arte plumario. A los artistas que manejaban estas técnicas de arte plumario se les denominaban amantecatl, provenientes de amantlan, Tenochtitlan.

Acariciando el arte

E​n el presente los artistas plumarios se encuentran en Azcapotzalco en el barrio de Amantitlán representado en el escudo de guerra o chimalli mejor conocido como coyote emplumado.

Aurelio franco obregón nació en el barrio de Tacuba. A temprana edad despertó interés en el arte plumario, al contemplar los vestuarios de la cultura azteca ilustrados en los libros de textos del antropólogo y grabador, el maestro, don Alberto Beltrán. 

Despertó aún más interés a la edad de 8 años, cuando le obsequian en su cumpleaños, como él lo cuenta, un tambache de medio metro de altura de periódicos, que dentro de éstos, para su sorpresa, aparecían cientos de plumitas de colibrí, calandrias, cardenales, flamencos y un sinfín de plumas de otras aves.

Agradeció con su vecino don Juan, con lágrimas de felicidad en los ojos, comenzó a esta edad a crear sus primeros ensayos y trabajos.


En la actualidad, desde hace 40 años, viva representación, Aurelio Franco ha tecnificado el arte plumario realizando una serie de esculturas selectas para instituciones. El artista expresa grandes obras como el “CUBRE CÁLIZ,” reproducción fiel, códices y obras de su autoría utilizando la técnica del mosaico tridimensional, coloreando con plumas y pegando sobre papel amatl con un engrudo, que se obtiene de los bulbos de una orquídea llamada tzauhctli altamente venenosa.

“El creador de obras,” que forman Parte de la colecciones del Museo Nacional de Antropología e Historia, exposiciones en círculo de Bellas Artes Madrid; Casa la pedrera Barcelona; España; Museo Ex convento, Tepoztlán, Fundación Pedro López Elías y muchos más.

Hasta la fecha Aurelio Franco Obregón, quien radica hace más de 20 años en Tepoztlán, Morelos, enriqueciéndolo culturalmente, con este arte plumario sus manos no paran de hablar.


“Tepoz y Más,” manos que hablan y acarician el arte.